El Museu Olímpic i de l’Esport ha acogido el XIII Fórum Olímpico dedicado a los deportes y disciplinas emergentes.
Durante los días 16 y 17 de octubre, se ha debatido de la inclusión de los deportes emergentes y del fenómeno de masas que generan los eSports, y si estos pueden ser considerados “deportes” y entrar en el programa olímpico.
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CONCLUSIONES, por Juan Manuel Surroca
La Agenda 2020 es sin duda la hoja de ruta del Movimiento Olímpico de las próximas décadas. La transformación social ha motivado que el CIO haya orientado, el futuro de los Juegos, pensando en atender las demandas de una nueva generación. Para ello ha hecho una evidente flexibilización del programa olímpico, adaptándolo a la cultura y preferencias sociales del país organizador. Muestra de ellos es la entrada del street basket 3×3, surf, skateboard, escalada
Igualdad de género
En los Juegos Olímpicos de París 2024 está previsto que la igualdad de género sea absoluta, hombres y mujeres competirán en el mismo número y en la misma cantidad de pruebas.
A pesar de ser importante, las cuotas no son la solución definitiva. La igualdad tiene que darse para proporcionar las mismas opciones a las personas, sean del género que sean.
Ahora bien, a pesar de que la igualdad de género a nivel de práctica deportiva es ya una realidad, el gran reto de cara al inmediato futuro es la de potenciar la presencia de la mujer en su gobernanza y liderazgo, así como también en el aspecto relacionado con el déficit de entrenadoras y técnicas.
Las competiciones mixtas no son sinónimo de igualdad de condiciones. Por lo tanto, hace falta que en ellas prevalezca la calidad a la cantidad.
Hay que cambiar sustancialmente los criterios educativos de los jóvenes fomentando la práctica del deporte como estilo de vida, pero sin prevalecer la idea que llegue a ser un campeón y orientando la igualdad desde la base partiendo de la equidad sin poner ningún tipo de barrera social al desarrollo deportivo indiferentemente sean chicos o chicas.
En cuanto a los deportes emergentes se constata que el tema de la igualdad de género ni se plantea, porque es un hecho inherente a su propia dinámica.
El criterio periodístico tendría que visualizar que el deporte no tiene género, que lo practican tanto hombres como mujeres, no hay un de masculino otro de femenino. Es por eso que se tiene que adaptar este criterio al lenguaje que conceptualmente está lleno de adjetivos masculizados.
Deportes emergentes
Los deportes emergentes son fruto de la evolución de la sociedad y tienen como denominador común una nueva concepción de la práctica deportiva mucho más lúdica y de diversión que no competitiva. Esta nueva manera de hacer deporte como actividad física, en la cual importa es más importante pasarlo bien que competir, ha empujado a las diferentes federaciones a compaginar el rigor federativo con la flexibilidad que permita mezclar las exigencias de este nuevo modelo de entender la práctica deportiva de formas más participativas.
En consecuencia, el objetivo es encontrar el camino que permita una confluencia de los deportes tradicionales y los emergentes; coincidencia también en que los deportes emergentes generan un potente mercado en el sector del deporte.
Buena parte de los deportes emergentes se ha desarrollado en ámbitos urbanos, pero se encuentran carentes de espacios y de instalaciones adecuadas que les permita una estabilidad. En este sentido, haría falta pues una normativa que lo contemple y adecue.
Otro aspecto, motivo de debate, ha sido la interpretación de hasta qué punto algunos nuevos deportes podrían desplazar a los deportes tradicionales. En este sentido hay diversidad de opiniones.
Es una coincidencia que el calendario deportivo actualmente está saturado por exceso de competiciones y es evidente que más temprano que tarde hará falta un replanteamiento estableciendo prioridades.
El fenómeno de las competiciones multi deportivas ha llegado para quedarse. Los World Roller Games han favorecido este modelo organizativo.
En este Fórum se ha podido constatar el gran impacto social que suponen los eSports.
A pesar de que no ser considerado un deporte, los gamers tienen numerosas coincidencias con los deportistas, puesto que tienen que hacer una intensa preparación para lograr un exigente nivel competitivo en competiciones estructuradas, tanto a nivel individual como por equipos.
La principal diferencia es de carácter estructural. El deporte tradicional funciona bajo una estructura piramidal, vértice del cual está el CIO, y los eSports lo hacen bajo el control de los publishers que los generan y administran los juegos. La principal diferencia es el concepto de universalidad del olimpismo versus los criterios de comerciales en que se mueven los e-Sports.
Por esta razón, a pesar de no considerarlo un deporte, el CIO y los principales agentes del sector de los e-Sports han abierto una vía de diálogo para difundir a través de ellos los valores olímpicos: promover video-juegos deportivos – solo son el 5% del mercado-, socializar las actividades de los e-Sports a través de acciones colectivas y fomentar un equilibrio entre su estilo de vida con la actividad física.
En todo caso, viven realidades diferentes pero a medio plazo podría haber una confluencia que diera lugar a la presencia de un determinado juego en el programa olímpico.
En síntesis, con todos estos indicios y la importante influencia de la tecnología a todos los niveles, hay que preguntarse si el deporte se encuentra ante un inminente cambio de paradigma: la respuesta la tendremos pronto, quizás sea objeto de debate en una próxima edición del Fórum Olímpico.