Bajo la atenta mirada de colegas y amigos, entre los que se encontraban gestores, deportistas, periodistas, políticos y un largo etcétera, Joan Manuel ha querido agradecer al público el haber compartido con ellos sus más de 30 años profesión, donde se ha encontrado con situaciones de todo tipo: buenas, malas y alguna extraordinariamente maravillosa como el privilegio de vivir y participar en uno de los momentos más emblemáticos de su ciudad, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, donde en palabras de protagonista “no solamente marcó un antes y un después en la ciudad, sino también en las personas que lo vivimos”.
Joan Manuel Surroca no quiso olvidarse del presidente del CIO, Joan Antoni Samaranch, que revolucionó el movimiento olímpico y fue uno de los pilares para la constitución de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Este Diario olímpico se divide en cuatro apartados diferentes: el primero está dedicado a la vocación olímpica de Barcelona, su postulación y posterior designación como sede de los Juegos Olímpicos del 1992, y al singular papel en el movimiento olímpico de Joan Antoni Samaranch; el segundo está dedicado a nuestros olímpicos desde Anverso 1920 hasta Pekín 2008; el tercero nos acerca a singulares historias olímpicas con nombre propio que van desde sus mitos hasta los más modestos protagonistas, y, finalmente, el cuarto se centra en diferentes aspectos de los Juegos Olímpicos desde los hechos más curiosos hasta destacadas efemérides, pasando por la tecnología, las innovaciones, los estadios, el fenómeno televisivo, los valores, los símbolos, el patrocinio y la solidaridad. Finalmente, para completar simbólicamente las cinco anillas, se añade, a manera de glosario, un índice de la gran mayoría de los deportistas que aparecen en los diferentes artículos, con un breve apunte de su trayectoria olímpica, así como una relación de las efemérides más significativas a las cuales se hace referencia”.